sábado, 9 de enero de 2010

El año por delante

Cuando estamos obsesionados con algo, o con alguien, lo vemos a todas horas y en cualquier parte. Me pasó cuando hice la mili y cuando mi mujer se quedó embarazada. Desde hace un tiempo, en cada una de las muchachas con la que me cruzo la veo a ella. Y es que desde que nos fuimos, el uno del otro, no doy un solo paso sin tener a mi hija delante. Menos, curiosamente, el día que nos vimos de verdad; aquella tarde, miré en sus ojos grises y no la reconocí. ¡Claro que no sé de qué me sorprendo! Muchas mañanas no soy capaz de verme en el hombre que me mira desde el espejo del cuarto de baño, al afeitarme.
Este año que comienza será diferente. Seguro. Tenemos doce meses por delante; casi doce.

7 comentarios:

  1. ¿Al afeitarme? A ver, déjame pensar...
    ¡Feliz 2010!

    Y sigo pensando...

    Y sigo...

    Y...

    ResponderEliminar
  2. ¿Al afeitarme? A ver, déjame pensar...
    Déjame pensar...
    Y sigo pensando...
    Y pienso...
    Y sigo....
    Y...

    ResponderEliminar
  3. Bueno, piensa, piensa... Es una práctica y bonita manera de comenzar el año nuevo... Otra más.

    ¡Feliz año!

    ResponderEliminar
  4. Muy bonito el relato...

    Me ha encantado...

    ResponderEliminar
  5. ya son muchos menos de doce, pero siguen estando por delante. a veces me gusta pensar que muy poco tiempo para las ganas que tengo de vivirlos. otras veces me parece tanto....

    ResponderEliminar
  6. Alguien me dijo que había que insistir en todo aquello que nos gusta. Es más fácil hablar de otros que hacer. Al final, todos llenamos los huecos como podemos y nos dejan. Y seguir de pie, seguir andando...
    Un saludo, Cris.

    ResponderEliminar